¡Protesto señoría!


Un mensaje ha calado entre el aficionado “Athletizale”, poco a poco, gota a gota, hasta quedar impregnado como un tatuaje del que ya no te puedes desprender. En una temporada, cargada de oportunidades, hemos decidido sentirnos pequeños, humildes quizá, en todo caso incapaces de identificar probabilidades del equipo de pelear con los grandes, especialmente en la competición liguera, pero déjenme aclarar que no me estoy refiriendo al equipo, ni siquiera a la dirección técnica del mismo, el argumento ha calado en el aficionado y se ha instalado como una verdad absoluta: “Falta fondo de armario”, “Nuestra plantilla no es lo suficientemente profunda” y “Nos falta calidad para pelear diez meses con los grandes”, tres formas de verbalizar la idea y yo, yo ¡protesto señoría!
Dejen que argumente mi protesta. Es evidente y constatable, sólo leyendo las alineaciones, que Ernesto ha afrontado esta temporada con una gestión diferente de los recursos, desde el primer partido ha venido utilizando más futbolistas de lo que acostumbraba la pasada y por su puesto muchos más de los que las quinielas pronosticaban en el inicio, este cambio de rumbo en la gestión del talento, añado un nota aclaratoria, no se debe a una evolución de Ernesto, el técnico ni ha visto “la luz” ni ha sido sometido a ningún tipo de “posesión demoníaca”, simplemente, el Txingurri, sobrado de experiencia y curtido en mil batallas, modifica su intervención para afrontar un escenario que nada tiene que ver con la temporada anterior, ni en numero de partidos, ni en numero de competiciones, ni en expectativas previas, ni en retos motivantes asumidos como desafíos; pero no perdamos el hilo, lo verdaderamente importante del nuevo paradigma advertido desde el comienzo de temporada es el rendimiento la eficiencia y la eficacia, el equipo no ha dejado de ganar con regularidad y cuando ha salido derrotado lo ha hecho compitiendo con posibilidades de ganar, dando la cara y disponiendo de probabilidades reales de hacerlo, siendo eficientes en definitiva.
Los hechos dicen, 4 derrotas en Liga tras 28 jornadas, 2 derrotas en 10 partidos en el retorno a Europa y el lunar de la eliminación en Copa, un total de 8 derrotas, si sumamos la Supercopa, en 41 partidos oficiales , no parecen números de equipo falto de recursos, los hechos también constatan que el Athletic, se ha manejado en distancias mas menos de 6 puntos con el líder de la liga hasta el comienzo de la jornada 29 y se ha consolidado en zona Champions desde hace jornadas habiendo certificado también su pase a cuartos en Europa.
Sin embargo es la valoración subjetiva la que mas información de calidad aporta, pues los hechos, en forma de resultados han acontecido en un escenario donde el numero de futbolistas participando de partidos importantes nada tiene que ver con los del año pasado, basta con recordar el partido de vuelta frente a la Roma que en la previa, llenaba de dudas la parroquia por las ausencias.
Me niego a pensar que la plantilla no tiene nivel para competir por aspirar a ganar la Liga, La Europa League o la Copa con una portería llena de recursos y debates ante el altísimo nivel de Unai y Julen. Me niego a pensar que la plantilla no tiene nivel cuando Dani se ha convertido en un central de elite, hemos recuperado una gran versión de Yeray, Paredes aparece en convocatorias de la selección absoluta y Núñez ha ofrecido un alto rendimiento las pocas veces que se les ha exigido. Me niego a pensar que la plantilla no tiene nivel cuando Gorosabel da respiro a Demar o Adama, al que le falta mucho recorrido por hacer para convertirse en un futbolista de rendimiento estable, hace lo propio con Yuri. Me niego a pensar que la plantilla no tiene nivel cuando en el centro del campo encontramos de todo y todo de alto nivel, Galarreta, Beñat, Jaure, Unai Gómez y la aparición de Canales en pleno proceso de formación y necesitado de paciencia. Me niego a pensar que la plantilla no tiene nivel e incluso me sonrojo cuando llego a la zona de atacantes, Nico, Iñaki, Guru, Alex, Oihan, Maroan, que descubrimiento, que posibilidades nos va a aportar este chico y la llegada de Djalo que aun no ha conseguido transformar en rendimiento la expectativa.
No quiero olvidar un ultimo argumento, si hay algo que enriquece la plantilla es la versatilidad de cualidades existentes que ofrece a Ernesto un buen numero de herramientas para mezclar y para que en función del escenario y en función del propósito con el que se enfrenta el Txingurri pueda variar la mezcla utilizada para conseguir la mejor expresión en el juego. Los futbolistas han cambiado el Athletic que sin perder su esencia de equipo que juega a la carrera e instalado en el vértigo han aportado nuevos registros a su juego en función de quienes son los elegidos por el entrenador, hoy el Athletic es más versátil gracias a la gran cantidad de recursos de los que dispone.
Imagino que la objeción es tan simple como rápida de elaborar, “No podemos compararnos con los recursos de Madrid o Barcelona, ni con el Atlético”, verdad, no se puede discutir ese argumento, sin embargo si podemos enfocarnos en una realidad tan incuestionable como la anterior, los nuestros, cualquiera que se haya sido utilizado ha sido capaz de ganar a todos los demás y todos los demás reparten los puntos suficientes para permitirte abrir la ventana de la pelea, no para ser favorito, no para tener la obligación, no para construir un objetivo, pero si para pelear por estar al acecho en una liga que ofrece oportunidades, porque los ¨ricos también lloran” y los grandes fallan, mientras por atrás si exceptuamos al Villarreal de mi paisano o el Betis, nadie ofrece pelea.
Me quedo con dos afirmaciones de mi ídolo, entrecomillo: “Estos nos harán campeones” y añade en otras declaraciones posteriores “Era un buen año para ganar la liga. Tenemos buen equipo y buen rendimiento y los demás se están dejando puntos. Este era el año que tienes que pensar en ganarla cuando los grandes están pinchando”, Don Javier Clemente Lázaro, yo aquí me adhiero, ganar tiene un punto de convicción previa muy necesaria, tiene un punto de fe y un punto de egolatría para manifestarlo y contagiar ese espíritu de ambición imprescindible para poder hacer que lo extraordinario pueda ser alcanzable y si no, no pasa nada, pero no será porque nuestros futbolistas no tienen nivel, yo ahí ¡protesto señoría!