Óscar Gil: “Aunque suene egoísta, algunas victorias ni las hemos celebrado porque no las conseguimos de la manera que queríamos”
Tras lograr el ascenso con el Castellón, Óscar Gil ha vivido una de sus mejores temporadas en su carrera profesional. El exjugador del Athletic cuenta su presente experiencia con un novedoso cuerpo técnico holandés y la gestión de ser líder, además de otras vivencias anteriores con el Bilbao Athletic o el Amorebieta.
P: ¿Qué tal la temporada en Castellón, con lo que conlleva un ascenso?
R: Bien, la verdad. Hemos conseguido ascender, que era el objetivo del club. Nos ha costado porque ha habido que currárselo mucho, aunque a nivel de resultados pudo parecer más sencillo de lo que realmente ha sido. Hemos disfrutado mucho y hemos conseguido muy buenos resultados. Contento por cómo ha salido todo.
¿Cómo se gestiona ‘ganar todos los fines de semana’?
La exigencia siempre ha sido alta en un club como el Castellón. El año pasado teníamos esa exigencia y fuera de casa nos costaba. Sin embargo, este año ya desde el principio ha habido una manera de preparar los partidos y de hacer un fútbol totalmente diferente, con una propuesta ganadora. Hemos salido todos los encuentros desde el minuto uno a ganarlos, y se traduce en esos resultados. Es verdad que estás enfocado sobretodo en el corto plazo y vas consiguiendo victorias, y muchas veces tampoco somos conscientes de cómo van llegando. Hasta el día que ascendimos llevábamos siete victorias consecutivas.
En su momento definiste la propuesta de juego de este Castellón como “divertida pero a la vez compleja”. ¿Por qué?
En nuestra forma de jugar, jugamos con una línea de 3 atrás y muchas veces con duelos individuales. En mi caso, siendo central o mediocentro, en esas posiciones tienes duelos de ‘1 vs 1’ con 80 metros a tu espalda. En teoría no es la situación que todo el mundo quiere, porque hay que estar física y mentalmente preparado para esos duelos y el año que viene en segunda división serán más complicados. Pero por otra parte es muy divertido, porque es un fútbol muy dinámico, de siempre ir al ataque. La afición creo que ha disfrutado mucho viéndonos jugar y nosotros, en el campo, también nos lo hemos pasado bien.
“El cuerpo técnico vino desde Holanda, nos puso un vídeo y vimos cómo jugaba su equipo. Al principio pensamos que era una locura”
¿Cómo ha sido adaptarse a este sistema?
Los primeros días vino un cuerpo técnico nuevo desde Holanda, nos puso un vídeo y vimos cómo jugaba su equipo. Al principio pensamos que era una locura. Era totalmente opuesto a lo que habíamos practicado aquí el año anterior: un fútbol mucho más posicional, de “toque-toque”, y sin embargo ese año todo era mucho más directo. En pretemporada logramos conseguir algún resultado positivo, pero frente a rivales de nuestra categoría algunos los perdimos. El ‘míster’ nos dijo que era parte de un proceso, que lo estábamos haciendo muy bien y que siguiéramos así. La primera victoria a nuestro estilo fue en la primera jornada de liga, contra el Málaga. La pretemporada fue la que nos sirvió de ‘terapia de choque’, pasándonos un poco de la raya en cuanto a correr e ir hacia adelante, luego conseguimos organizarnos y encontramos el punto medio para ganar los partidos.
Es la primera vez en tu carrera que tienes un entrenador holandés, como es el caso de Dick Schreuder. ¿Qué sensaciones recuerdas cuando te dicen que viene un entrenador de Holanda a entrenar al Castellón?
Te sorprende hasta cierto punto aquí. El propietario es canadiense y en muchas áreas del club han venido personas de fuera, por lo que el inglés ya está totalmente instaurado. Por suerte, soy uno de los jugadores que entiende el idioma y puede relacionarse y explicarse, otros no lo entienden tanto y hay que ir traduciéndoles. También está siendo un máster para nosotros en el idioma y por esa parte estamos contentos. Sabemos que el propietario es muy ambicioso, siempre va a querer lo mejor y consideró que Dick era la mejor persona para coger este Castellón. Los números y las sensaciones lo han demostrado.
“Más que la propia posición en el campo, son los espacios que vas ocupando”
Me lo mencionabas antes. Has vuelto a jugar como mediocentro, donde ya jugaste en juveniles en el Athletic. ¿Has estado cómodo?
Sí, sí. Se lo comenté aquí también, porque cuando vinieron preguntaban las posiciones de cada uno. Les dije que hasta juveniles jugué ahí, y luego por otras circunstancias terminé jugando de central. Aquí empecé de central, pero como te he comentado, es un juego muy dinámico y aquí, más que la propia posición, son los espacios que vas ocupando. Desde el central muchas veces me incorporaba al centro del campo. Últimamente estoy jugando más de ‘6’ puro y estoy disfrutando mucho, me encuentro muy cómodo. Los primeros dos o tres partidos me costó un poco coger las sensaciones del centro del campo, pero ahora estoy disfrutando mucho. Por supuesto que me vienen recuerdos de aquella época que estaba muy a gusto.
Schreuder casi que ni entiende de posiciones, ¿no?
No. Así como otros entrenadores le dan más importancia a la posición en el campo, este ‘míster’ es diferente y valora mucho más otras opciones. Está bien lo de los planteamientos, pero al final es cómo se mueven esas fichas. Este año le ha dado la razón a la manera que quiere jugar, ahora veremos contra entidades de otro nivel a ver cómo funcionan.
Vuelves a segunda división, donde estuviste en el Amorebieta. Ese año, por lo menos por lo que se vio desde fuera, sufriste mucho más. Hay un paralelismo bastante evidente.
Yo disfruté mucho ese año jugando, pero hay que ser conscientes del equipo en el que estábamos, peleando con los equipos de esa categoría. Ahí defendíamos muchísima más gente, porque teníamos esa línea de cinco. Puedo decirte que ahora, defendiendo menos gente atrás, estamos más cómodos. Hay que tener en cuenta cómo te llegan al área rival y encima en esta categoría. Una cosa son las sensaciones que podía transmitir el equipo, pero nos quedamos a dos puntos de mantener la categoría. Era el primer año que el Amorebieta estaba en segunda y quizás eso nos pudo perjudicar. Sin embargo, este año ya vemos que tienen opciones para salvarse y quizás esa experiencia les haya ido bien.
¿Qué paralelismos hay entre “ganar siempre” o estar sufriendo durante todo el año? Igual es hasta más complicado mantener la regularidad positiva.
Ganar siempre es mucho más difícil que perder, eso seguro. El mérito de este año es que el equipo se ha acostumbrado a ganar. Aunque suene egoísta, algunas victorias ni las celebramos porque no las conseguimos de la manera que queríamos. Este año lo hemos podido hacer, pero seguro que el año que viene nos cuesta mucho más y las victorias las celebraremos más. Hemos convivido con la victoria esta manera y es una experiencia más que sumar.
Llegaste a debutar en el Athletic en Formentera. ¿Qué recuerdos tienes de ese día?
Para el resto de compañeros igual no fue ni el campo idóneo ni las condiciones, porque hacía mucho viento y era un campo pequeño y de césped artificial. A mi me dio igual, estaba acostumbrado por los campos a los que iba a jugar en el Bilbao Athletic. Disfruté y tengo muy buen recuerdo.
¿Cómo se gestionó un año como el del Bilbao Athletic en segunda división? Las diferencias pueden ser más drásticas que estando en una estructura como la del Amorebieta.
Por supuesto. Al final es la misma categoría, pero el día a día es diferente. Incluso la manera de competir. Son experiencias que te van llenando la mochila, y a la larga te va enriqueciendo.
“En el Bilbao Athletic en segunda, todo el mundo nos decía que jugábamos muy bien, pero luego no le ganábamos a nadie”
¿Por dónde pasa el aprendizaje en un año como el del Bilbao Athletic? Filial, muy pocas victorias, casi que el resultado es un poco lo de menos…
Es un poco la autoexigencia que tú tengas. Todo el mundo nos decía que jugábamos muy bien, pero luego no le ganábamos a nadie. Ahora me pasa lo contrario. Juego contra filiales y me doy cuenta de que están en esa etapa de aprendizaje. Cuando sales de Lezama o de cualquier equipo de cantera de primera te das cuenta de que es otra cosa. Lo que se vive en la base no tiene nada que ver. En aquel momento lo disfrutábamos mucho: estábamos en segunda, todos éramos gente joven que habíamos compartido vestuario desde infantiles… se disfrutó mucho, pero a su vez era complicado de llevar. Prácticamente cada fin de semana, decepción nueva.
Suelo hacer esta pregunta a todas las personas que entrevisto y que han pasado por Lezama. ¿Qué valor le das a la formación en Lezama?
Eres más consciente cuando sales de ahí, de la experiencia que has vivido y de lo bien que has estado, que cuando estás dentro. En ese momento estás acostumbrado y piensas que será así toda la vida, pero una vez sales fuera te das cuenta del valor que tiene el sitio en el que has estado y lo que se vive. Sigo siguiendo al Athletic desde la distancia, todavía tengo muchos amigos y hablo con ellos. Intento visitarles cuando vienen aquí cerca.
Se está abriendo un casting de centrales en el primer equipo y esto cambia de un día para otro. ¿Te imaginarías en esa lista? ¿Cómo te sentirías si llega una llamada de Ibaigane?
Ahora mismo el Athletic tiene muy buena gente, y por lo que he llegado a leer, tiene opciones muy fuertes. Por supuesto que si me llaman estaría encantado, qué te voy a decir. Al final, desde la distancia valoras lo que es aquello y sería la mejor opción prácticamente. Pero hay que ser realistas. Una de las cosas que tuve claro cuando salí de Lezama es que todo lo que intente trabajar en el mundo del fútbol, aparte de hacerme un hueco en los equipos en los que esté, es porque si algún día toca volver sea la mejor opción. Si este año han ganado la Copa del Rey es por la plantilla que tiene y las opciones que maneja en el mercado.
¿Cómo has vivido personalmente el año del Athletic? ¿Fuiste a la gabarra?
No, lo estuve viendo desde el canal de Youtube en casa. Me dio mucha pena, el partido lo seguí justo después de que terminase el nuestro. Me alegré mucho por ellos, se lo merecen y ya era hora que el Athletic pudiese levantar un título y, especialmente, una Copa del Rey, que siempre ha sido un título especial. Muy contento por ello.