Opinión: Ante la dificultad coherencia con nuestros valores
Corren tiempos difíciles para el Athletic. No seré yo quien diga que el equipo juega bien, que transmite buenas sensaciones o que sabe a lo que juega. Quiero empezar esta exposición dejando claro que yo también estoy preocupado y que me encantaría que el proyecto de Kuko hubiese comenzado con mejores resultados y sensaciones.
Partiendo de esta base, me gustaría poner sobre la mesa una serie de aspectos que creo que la gente está pasando por alto a la hora de hacer valoraciones y exigencias sobre decisiones fulminantes a tomar en las próximas semanas:
El Athletic es un club diferente a los demás. Pronunciar frases tras dos meses de competición como » es la ley del fútbol» o » no se puede echar a 11 jugadores», nos acerca a equipos a los que no nos queremos parecer, y que necesitan vivir del corto plazo para justificar sus decisiones.
El Athletic va inevitablemente unido a la palabra Lezama, y dos meses malos de competición no deberían cortar por lo sano un proyecto encaminado a fortalecer el futuro. Kuko se ha encontrado al mando de un nuevo proyecto, tras formar chavales que hoy en día viven del fútbol, muchos de ellos jugando en primera o segunda división. Laporte, Williams, Kepa, Yeray, Lekue, Vesga, Aketxe, Núñez, Vesga, Sabin o Córdoba, son hoy realidades que rinden en el primer equipo, todos ellos con kuko como pieza clave en su formación.
Hace dos años todo el mundo temía por la ausencia de recambios ante una hipotética marcha de Laporte. Hoy, Yeray es una realidad y Núñez un proyecto que se va asentando. El recambio de Aduriz era el reto más importante, y hoy, caen palos a Kuko por hacer de Williams el 9 que necesitamos. La vida sin Beñat iba a ser difícil, y hoy, Kuko está intentando hacer de Vesga un sustituto de garantías. Al Athletic le faltaban jugadores de desborde, y hoy, Córdoba es uno de los destacados de este año.
Todo esto, por supuesto no le otorga crédito infinito a Kuko, pero en un club como el Athletic, hay cosas que no deberían pasarse por alto. Poner plazos y vincular al resultado de los dos próximos partidos el fin de un proyecto con Lezama como base, es mirar exclusivamente el corto plazo, y eso es algo que el Athletic no se puede permitir.
Cuando discuto con la gente que me dice que hay que echar a Kuko ya, nadie es capaz de darme una alternativa convincente, que asegure ni ganar el próximo partido ni ser un equipo con el futuro garantizado. Romper un proyecto tras dos meses, puede traer mejores resultados en el corto plazo, la pregunta es si merece la pena hacerlo para conseguir luchar por objetivos urgentes.
El proyecto de Kuko es un proyecto que me ilusiona. Los que sabemos cómo trabaja y cómo lo ha hecho estos seis años en Lezama consideramos a Kuko un activo del club. Un activo a conservar, y que el Athletic no puede permitirse perder. Yo nunca fui partidario de poner a Kuko de entrenador del primer equipo. No porque no lo mereciese, sino porque temía que una situación como esta, pudiese ponerle a los pies de los caballos, desembocando en la pérdida de una persona de la casa capaz de hacer de Lezama una garantía de éxito para el primer equipo durante muchos años, como así lo ha demostrado en sus seis años en el Bilbao Athletic.
Creo que debemos ser más conscientes de lo que somos, y de lo que hemos conseguido en los últimos treinta años. El Athletic es el club más grande del mundo, precisamente por su filosofía y su forma de trabajar. Tras un único fichaje en tres años, y con una plantilla que va ganando edad, el Athletic tiene que apostar por Lezama, y así lo está haciendo. Por eso, yo prefiero pasar un año malo, aunque haya que pelear por el descenso, en el que salgan cinco nuevos leones con los que competir en el futuro, que tirar por la borda un proyecto, trayendo un entrenador transitorio que lleve al equipo a no sufrir con fichajes contrastados en invierno ( Dani García por ejemplo) que corten la proyección a aquellos con menos experiencia a los que les puede temblar el pulso en situaciones comprometidas.
Porque si cuando llegamos lejos a todos se nos llena la boca hablando de la importancia de Lezama en nuestros éxitos, ahora más que nunca debemos ser coherentes, pero para eso, es necesario entender lo que somos y lo que queremos ser.
No existe el crédito infinito, nadie lo tiene en la vida. Pero nadie en su sano juicio aceptaría ser cesado por no cumplir sus objetivos tras dos meses en un trabajo, y menos aún cuando por la idiosincrasia de la empresa en cuestión, hay una serie de intangibles tanto o más importantes que un número ( ya sea un objetivo de ventas, un puesto en la clasificación, etc). Todos queremos ganar al Villarreal, y todos nos pondremos contentos si lo hacemos y tristes sino, pero no podemos echar la suerte de algo tan importante como el Athletic al resultado de uno ni dos partidos.
Me gustaría enormemente que el entorno ( aficionados y prensa) dejemos trabajar a cuerpo técnico y directiva, y que en noviembre no se saquen conclusiones más allá de las que todos vemos. El Athletic es una institución diferente que necesita el apoyo de todos para sobrevivir en situaciones complejas como ésta y en el entorno actual del fútbol. Hagamos crítica constructiva, pero seamos conscientes de cuáles son nuestros valores y vayamos con ellos hasta el final.
Aúpa Athletic!
Pablo Castro
Socio del Athletic Club