Off season
Off Season…
25 de junio, el champán de las celebraciones por la liga, la Champions y los ascensos ya se ha secado. Aún tenemos frescas en nuestra mente las imágenes de lágrimas y lamentos de aquellos que no lograron sus objetivos. Pero cuando abres tus redes sociales, te encuentras con fotos de yates, playas paradisíacas y clubs de moda. En el centro de esas imágenes, ves a tu delantero favorito, relajado y disfrutando de sus vacaciones, o como se le conoce en la actualidad, «el periodo de descanso». Pero, ¿es eso todo lo que implica el periodo de descanso de un jugador profesional? Desde mi humilde punto de vista, eso solo representa la punta del iceberg, porque detrás de esa imagen hay horas de trabajo duro.
En los últimos años, las demandas físicas de un futbolista profesional han aumentado significativamente; parafraseando a Pep Guardiola: «son atletas». Al igual que cualquier atleta de alto rendimiento, deben cuidar su cuerpo al máximo. Durante esta fase de la temporada, más allá de disfrutar, descansar y presumir en las redes sociales, los jugadores deben trabajar para mantener y optimizar su condición física.
En mi opinión, durante este periodo podemos identificar tres fases, cuya duración dependerá del tiempo total de descanso del jugador:
1. Fase de post-competición inmediata: Esta fase abarca los primeros días después de la competición y no debería durar más de una semana. Consiste en «volver a la calma» después del último partido. Al igual que nadie duda de que la pretemporada es obligatoria, debería existir un periodo de exigencia física mínima en el cual el futbolista continúe realizando actividad aeróbica de baja intensidad y sesiones de trabajo de fuerza, enfocadas principalmente en el trabajo preventivo. Esto implica ejercicios para fortalecer el “core”, ejercicios propioceptivos y trabajo específico en grupos musculares que necesiten atención. Además, es fundamental que cualquier molestia o lesión que el futbolista tenga sea tratada antes de irse de vacaciones, por supuesto me refiero a los jugadores que estaban “en activo” y acabaron la temporada compitiendo…el verano de los jugadores lesionados da para varios artículos. En resumen: no es recomendable que un jugador se vaya de vacaciones con ninguna molestia, por leve que sea, al igual que tampoco sería recomendable pasar de competir al 100% a estar completamente parado, he aquí la relevancia de esta fase.
2. Fase de desconexión total: Durante este periodo, el jugador DEBE desconectar y «olvidarse» de todo, al menos durante una semana. Es necesario un descanso tanto mental como físico. Sin embargo, es importante hacerlo de manera responsable, especialmente en cuanto a la nutrición se refiere. Algunos «caprichos» están permitidos, pero todo exceso tendrá que ser compensado más adelante. El ejercicio está permitido, pero siempre con un fin lúdico, que al futbolista no le suponga un stress físico ni psicológico, buscando que el jugador se aleje de cualquier exigencia mental y sobre todo física. El único punto que sería obligatorio en esta fase es continuar con el tratamiento de cualquier molestia persistente.
3. Fase previa a la pretemporada: Esta fase abarca entre 10 días y 2 semanas, justo antes de que comiencen los entrenamientos de pretemporada con el equipo. Durante este periodo, la clave es la progresión. El jugador debe comenzar con ejercicios de bajo impacto y aumentar gradualmente la intensidad. Se pueden y deben realizar ejercicios preventivos específicos según las lesiones que haya sufrido el jugador. Estos ejercicios irán enfocados al trabajo de fuerza general y específica, también se podría, ¿por qué no? Hacer otro tipo de deportes que no resulten peligrosos para el deportista: pádel, rutas en bicicleta o trekking son algunos ejemplos, sería una manera óptima para el trabajo de la condición física general y el divertimento sin ocasionar un riesgo de cara a lesiones. Una vez que el futbolista ha pasado esa fase de preparación-acondicionamiento preventivo, ya pasaremos a añadir ejercicio aeróbico de baja intensidad, que irá progresando hasta hacer ejercicio de media intensidad, acompañado de rutinas de fuerza generales, y ya los días previos al inicio de pretemporada realizar trabajo de alta intensidad, que nos sirva como escalón previo al intenso trabajo que se va a realizar en las semanas posteriores.
Con esto, tendremos a nuestro futbolista preparado para la máxima exigencia que el fútbol requiere hoy en día, observando que no todo en el verano es playa y solecito, sino que el físico ha de cuidarse también durante estas semanas.
Diego Suárez Pérez