NO HAY PARA MÁS
27 Mayo 2013
Juanma Velasco
San Mamés ya es historia. Se fue para siempre con un postre amargo. Muy al uso de lo que ha sido esta temporada. El Levante marcó en el último remate del partido y el Athletic y su gente recuperaron la cara de incredulidad que han tenido durante muchas ocasiones a lo largo de la campaña. Fue un sopapo en una cara que ya está roja de recibirlo. La despedida de La Catedral ha sido desastrosa y no se ha podido ganar ninguno de los últimos partidos de competición oficial en Liga, Europa y Copa. Queda lo del próximo 5 de junio, sí, pero las sensaciones de jugarse algo han quedado ya en la memoria. Nunca habrá nada igual. ¿Será parecido? Quién sabe si incluso no será mejor, pero ahora habrá que hacerse al nuevo campo, que seguro mantiene el espíritu que ha dejado atrás.
El adiós de San Mamés engulle multitud de batallas, historias y leyendas. Fue bonito escuchar los cien segundos de aplausos, aunque se hizo extraño que los rojiblancos que no tuvieron participación en el partido los siguieran desde el banquillo, a la misma altura que los jugadores del Levante, cuando deberían haberlo vivido desde el centro del campo alrededor de sus compañeros. Igual que los técnicos, que para algo estaban allí todos los responsables directos de las categorías inferiores. Nervios, recato, humildad o pocas ganas, vaya usted a saber qué es lo que pudo ocurrir.
Los aplausos del corazón rojiblanco encerraron mucho de lo que cada cual ha vivido en ese campo a lo largo de la historia. Cada uno de los que se sentó el domingo en uno de los asientos de La Catedral tenía algo que contar. Igual que los que no tuvieron ocasión de acudir ese día al partido lo los muchos seguidores del Athletic, que también los hay, a los que las circunstancias han hecho que San Mamés tenga fecha para la demolición y ellos todavía no han estado dentro en un partido oficial.
Todo la emotividad y plasticidad que tuvo el acto final se tornó en un nubarrón de bochorno cuando Llorente saltó al campo entre pitos. Fue exagerado. Nadie duda de que el de Rincón de Soto ha gestionado muy mal su salida del club, pero el azote al que se ha visto sometido desde la grada tiene un punto de exageración. Más todavía en el último día de San Mamés, cuando de lo que se trataba era de despedirse con una victoria y el próximo jugador de la Juventus se había acostumbrado a marcar goles en las últimas jornadas. Pero no, hubo ganas de dejarle claro que lo suyo no ha gustado. Llorente no ha sabido abandonar de cara el Athletic, aunque mucha parte del Athletic tampoco ha acertado en la respuesta. No será algo de lo que nos demos cuenta en pocos meses, pero en la historia quedará que el último jugador rojiblanco que marcó en San Mamés en un partido oficial salió linchado de La Catedral.