Medios y fines
Victor Lafuente
El futbol solo permite un tipo de análisis, el «a priori», ya que «a posteriori», las relaciones de causalidad se ven enturbiadas por la facilidad con que emerge el otorgar inferencia a partir de lo que dicta el resultado. Por tanto considero que este es el mejor momento para reflexionar sobre objetivos, antes de que la vorágine competitiva condicione cualquier juicio.
Como diría Paul Arden » La idea de a donde quieres llegar o lo que quieres llegar a ser es su mayor ventaja». Para 21, de los 22 equipos que competirán en 2º división este próximo curso la idea es muy clara, el objetivo esta relacionado con alcanzar un puesto determinado en la tabla, alcanzar las primeras o eludir las últimas, pero su consecución podrá cotejarse cada semana a través de la tabla clasificatoria. No es así en el caso del Bilbao Athletic, en este caso la idea de a donde llegar puede distorsionarse por la aparición de un objetivo competitivo a corto plazo y un objetivo profesional a largo plazo. No me caben dudas que desde Lezama la idea es clara y no existen dudas en que priorizar, pero sí que pueden aparecer en el entorno, pues es humano dejarse llevar por la inmediatez del éxito, la grandilocuencia asociada al hecho de ganar y el magnetismo generado por el triunfo.
Para 21 equipos competir en segunda división es un fin en si mismo, aquí no existe dudas de cual es la meta a alcanzar, por contra para el Bilbao Athletic, el fín será lo formativo, y la competición un medio que facilite y posibilite maximizar las capacidades de sus jugadores. Esto no quiere decir que la opción de competir cada duelo no sea positivamente considerada, necesaria para acercar al futbolista a la dinámica que encontrará al saltar al siguiente escalón, pero utilizada como medio y no como fin, como contexto provechoso para maximizar el potencial de los jugadores y no como un objetivo en si mismo.
No cabe duda que la 2º división posee un hábitat más adaptable al que deberán afrontar los cachorros en el primer equipo, y por tanto adjuntará virtudes formativas, pero también existen riesgos como los que hemos visto en los últimos años con filiales para los cuales la segunda división, o siendo más precisos el modo de afrontar esta competición por sus equipos no han sido beneficiosos para el desarrollo del talento de sus jugadores.
Por lo tanto, no deberíamos confundir el enfoque, lo verdaderamente importante es la posesión por parte del club de una serié de jugadores con un potencial alto, capaces de siguiendo distintas cadencias madurativas convertirse en jugadores de la primera plantilla, el objetivo del filial es contar con capital humano, con unas proyecciones individuales lo más altas posibles, que independientemente de la competición a afrontar estarán obligados a seguir progresando y persistiendo para alcanzar su objetivo profesional.
El paso del tiempo marcara el éxito de esta generación por el peso que sus integrantes tengan en la primera plantilla, siendo la división competitiva un mero vehículo, para alcanzar este pretexto.