ADIOS, NO TE OLVIDES EL PARAGUAS

Tenias 17 años cuando el Athletic te fue a buscar. Te acogimos como a un hijo, abriéndote los brazos para cobijarte en la nueva aventura que comenzaba para ti.

Seis millones de euros parecían una locura por un juvenil que no se había asomado aun a las puertas de una gran competición.

No nos pareció una operación arriesgada, ya despuntabas maneras.

Desde ese primer partido San Mames te hizo saber que estabas en tu casa, indiscutible sobre el césped, vitoreado por la grada.

El tiempo pasó, el Athletic te dio dos finales de Copa, una final de UEL, la formación necesaria para subirte al carro de la internacionalizad, a esos títulos de los que presumes. Porque, no debes olvidar, que hasta ahí has llegado vestido de rojiblanco.

Has ultrajado el sentimiento rojiblanco, no por haberte ido, sino por las formas.

Llegaste sonriente, con la cabeza alta, y te vas escondido tras un paraguas, dando la espalda a la afición que te ha coreado tantas veces, al club que te ha elevado al mas alto nivel europeo.

Ya no hay vuelta atrás, ya no valen las lagrimas de ultima hora, el daño ya esta hecho.

Que te vaya bonito, por lo que nos has dado. Que triunfes, por tu fútbol. Que ganes mucho dinero, como el que nos has ingresado. Pero cuando eches la mirada atrás, no obvies que has llegado a donde estas gracias a un club centenario que te lo ha dado todo.

Nos repondremos de las heridas, lo hemos hecho siempre, somos adultos.

Ahora nos toca enseñar a nuestros hijos una lección nueva, la que al parecer no te enseñamos bien a ti.

Te agradeceremos siempre lo que nos has dado, en el campo y en la cuenta corriente, pero jamas olvidaremos la puñalada al corazón que nos has asestado.

Lo dicho, que te valla bonito, a ti y a tu paraguas…

Nosotros saldremos adelante, como siempre, juntos, porque somos Athletic… Tu te lo pierdes…