Opinión | Cuanto daño le ha hecho Guardiola al fútbol

Pertenezco a una generación de entrenadores ya casi caduca, siento que el futbol me está dejando atrás, que los nuevos tiempos traen un futbol que me resulta imposible de comprender…y es que yo crecí en un futbol donde los técnicos vivían de corto en los campos de futbol y los trajeados directivos ocupaban las oficinas, hoy los técnicos acumulan horas de despachos y los dirigentes salen de sus oficinas para acercarse peligrosamente a los campos de futbol, otorgándose conocimientos y competencias que ni tienen ni les corresponden…crecí en un futbol donde los periodistas eran maravillosos contadores de cosas que hacían que pudieras “ver” partidos a través de la radio o de la lectura de un periódico degustando un café, hoy ya son pocos, casi héroes los periodistas que continúan siendo “notarios de la actualidad” y  abundan por el contrario otras dos especies, no sé cuál de las dos más peligrosa, unos los que utilizan una bufanda en el ejercicio de su profesión y se ponen al servicio de intereses privados, otros los que juegan como niños a indios y vaqueros, dibujando flechas en una pizarra y moviendo circulitos por la misma, otorgándose conocimiento y construyendo opinión como si de reputados estrategas se trataran…vamos que hoy el fútbol para mí son “palomas disparando a las escopetas”, el mundo al revés.

A finales de la primera década de los dos mil, apareció el protagonista principal de este artículo en escena, Pep Guardiola, construyendo un equipo legendario, con un futbol singular y muy apropiado a los nombres propios que lo jugaban y apareció ganando todo, de forma rotunda, merecida y brillante y es ahí donde comenzaron todos mis males, toda mi involución y es ahí donde comencé a sentir que me había quedado atrás.

Sentí que involucionaba cuando tuve que aprenderme el concepto de tercer hombre, hasta que me di cuenta que ya había visto yo a Txema Noriega dejar el balón de frente a los Urtubi  o Gallego cuando jugaba de espalda…siempre habíamos entendido desde pequeños que había que dársela al más adelantado para agrupar a los rivales y que este estando de espalda la dejaba de frente a los que venían para encontrar el espacio y el tiempo con los de afuera…

Sentí que involucionaba cuando tuve que aprenderme el concepto de hombre libre, que nosotros en nuestra juventud siempre habíamos entendido como el proceso de pasarle la pelota a aquel que se ubicaba en mejor situación de espacio y tiempo, es decir al compañero que estaba solo y que generalmente aparecía después de haber juntado varios pases en un mismo espacio agrupando a los oponentes…

Sentí que involucionaba cuando tuve que aprenderme una nueva demarcación, el falso nueve, yo que pensaba que Manolo Sarabia era eso o que Maradona era eso o que Johan era eso, es decir ese futbolista talentoso que jugando por dentro, disponía de toda la libertad para participar del juego la mayor cantidad de veces posible, en un proceso que nosotros resumíamos en intentar dársela al bueno la mayor cantidad de veces posible…

Sentí que involucionaba cuando tuve que entender los sistemas de juego y los mapas de calor para ver por donde se ocupaban los espacios por los futbolistas… yo que siempre había  pensado que la ocupación de espacios venia definida en el reglamento por las líneas que delimitan el terreno de juego, la ubicación de las porterías y la regla del fuera de juego que permite regular en profundidad el terreno de juego hasta la línea de medio campo…yo que estaba convencido que la ocupación de espacios era algo vivo y cambiante que se relacionaba no sólo con los conceptos anteriores si no también con la ubicación y procedimientos del rival, la de tus propios compañeros y sobre todo la ubicación y movimiento de la pelota (elemento que más condiciona la ocupación de espacios)…yo que pensaba que la ocupación de espacios consistía en conseguir ventajas posicionales en el campo para conseguir resolver situaciones de juego y ahora me dicen que no!!! Que lo importante es el 1-4-3-3 y los mapas de calor…yo que pertenezco a una generación donde el único calor nos lo daba el linimento o la pichicata que impregnaba de un olor inolvidable cualquier caseta…

Sentí que involucionaba cuando descubrí que la única herramienta técnica necesaria era el control y pase de interior, para juntar miles de pases para distraer al rival,  acostumbrados como estábamos a jugar en la calle y a utilizar el regate como la mejor herramienta para eliminar rivales y también a tratar de llegar a la portería rival lo antes posible y atacando a la menor cantidad de rivales posibles…

Sentí que involucionaba cuando descubrí que el entrenamiento del fútbol era un proceso científico donde los campos de futbol parecen la pista de aterrizaje del aeropuerto de Sondika, yo que pertenezco a una generación en la que el MAESTRO FUTBOL fue nuestro mejor entrenador jugando partidos en la calle durante diez horas al día…

Sentí que involucionaba cuando los departamentos de captación necesitaban acumular millones de datos en un ordenador para detectar el talento…yo que estaba acostumbrado a que Piru Gainza descubriera un talento tras otro pateándose campos de futbol…que iluso que soy…

Sentí que involucionaba cuando me explicaron la importancia de definir perfiles de futbolistas…yo que estaba convencido que lo más importante era detectar el talento y que ese talento tenia nombre propio, conocimiento propio, sentimiento propios…

Sentí  que involucionaba cuando me advirtieron que la organización del juego había que mecanizarla, iluso de mi pensaba que este era un juego de conductas espontaneas no impostadas donde las capacidades de cada futbolista emergen en la interactuación con sus compañeros y donde el oponente condiciona tus procedimientos de forma inevitable…

Sentí que involucionaba cuando me aseguraron que las métricas y los porcentajes de posesión de balón son imprescindibles en este juego, yo que siempre había crecido que lo trascendente era construir procedimientos desde las interacciones de las capacidades de quienes lo juegan para llegar la mayor cantidad de veces a la portería rival y evitar que el oponente llegue a la tuya…

Sentí que involucionaba cuando me convencieron que lo importante es el estilo, yo que pensaba que lo importante eran los futbolistas…

Sentí que involucionaba cuando me di cuenta que el conocimiento futbolístico residía en los programas informáticos, en el big data y en la digitalización futbolística yo que siempre había creído que el conocimiento estaba en los terrenos de juego y en el reglamento que recoge a través de la redacción de sus reglas la lógica interna de este juego

Sentí que involucionaba cuando me cercioré de que los futbolistas fueron convencidos de la necesidad de tener  un entrenador que les guie con un mando a distancia por un terreno de juego,  hasta el punto de que los futbolistas han dejado de ser personas que juegan al futbol, para ser laterales, pivotes, centrales o delanteros yo que siempre había creído que el entrenador se limitaba  a construir escenarios donde ellos desarrollaran su creatividad desde las interacciones con los compañeros y con el oponente

En fin que yo considero que Pep no ha hecho daño al futbol, lo ha engrandecido…quienes le han hecho daño son todos los imitadores de copia y pega que no han comprendido nada y lo que es peor han encontrado en este nuestro deporte un lugar para hacer un negocio suculento tratando de vender una modernidad y una evolución tan antigua como el propio fútbol.

Por suerte me queda mi Athletic, el de Ernesto Valverde, un Athletic que desde el sentido común la sencillez y el futbol emergiendo desde los futbolistas me recuerda mi niñez, la de alguien que se enamoró de este club gracias a los Javi Clemente, Zubi , Goiko , Dani o Argote y que hoy siente cuarenta años después y tras haber superado una pandemia gracias entre otras cosas  a todos los que en ese periodo dejaron de dormir por velar por la supervivencia de nuestro Athletic que volvemos a estar ante la oportunidad de hacer otro equipo campeón gracias a un entrenador de los de siempre, de los de toda la vida, gracias a Ernesto Valverde.