Y SI POR FIN HAY PRIMAVERA

20 Mayo 2013

Juanma Velasco

Ganar remontando y con un gol en el último suspiro sirve para borrar muchos lamentos. La vitalidad que siempre dan los puntos hace que el vecino de partido, el mismo que apenas veinte minutos antes quería mandar al paredón a dos o tres rojiblancos, se vuelva para guiñarte el ojo y cantar excelencias de uno y otro. No es nada nuevo y se parece mucho al “clasificación, amigo, clasificación”, que defendía Caparrós.

El Athletic, curiosidades de esa victoria con remontada en Zaragoza, vive fuera de los puestos de descenso y tocando con los dedos la zona europea. ¿Se imagina? Lo cierto es que con los problemas de Málaga y Rayo (el primero está suspendido para torneos europeos y el segundo no ha recibido la licencia UEFA) el conjunto de Bielsa tiene dos partidos por delante para sumar seis puntos que, quién sabe, bien podrían meterle en la última plaza para jugar un campeonato continental que ofrece la Liga. Lo de estar en el sitio adecuado en el momento justo se fundiría a la perfección con ese soñado y alocado final de temporada para los rojiblancos.

El duelo contra el Levante del próximo sábado, el último de competición en San Mamés, cobra un carácter mucho más ilusionante que el tostón que se anunciaba en las vísperas. Los leones, que siempre están obligados, se manejarán sin la presión de enfrentarse a cuchillos afilados y tendrán la oportunidad de apostar por crecer en un campeonato por el que nadie estaba dispuesto a dar demasiado. Y tal vez por fin haya llegado la primavera.

Después de los bandazos que ha dado el equipo durante todo el curso llama la atención que por cuestiones añadidas, en el viaje de vuelta de Zaragoza más de uno echase cuenta de que Europa está ahí al lado. Habrá quién diga que bien merece un sacrificio, aunque eso sería ningunear lo hecho hasta ahora por el equipo, que sin llegar a pasarlas canutas por seguir adelante ha sufrido por su flojera clasificatoria. Los chicos darán todo lo que tienen, pero igual que han hecho siempre, no por sentirse en la cercanía de un premio más que inesperado. Entrar en Europa sería una carambola tremenda en la despedida de San Mamés. No dejaría ni medio euro en una casa de apuestas por conseguirlo, pero..