EL REY DE LA OPORTUNIDAD

Foto: Unai Zabaleta

Foto: Unai Zabaleta

10 Mayo 2013

Juanma Velasco

La vida del delantero está asociada a un movimiento con estrella. Todo pasa por estar en el sitio indicado en el momento oportuno. Uno puede ser más o menos virtuoso con el balón, tener mayor o menor velocidad en sus acciones, pero si tiene instinto siempre será un tipo de referencia. La vanguardia de un equipo es el gol y en eso nada mejor que ser el rey de la oportunidad. Valgo por lo que meto y por lo que aprovecho. Esa es la ley de mercado para los delanteros.

En el Athletic, durante muchos años, el rey de la oportunidad, el primer espada en el área rival, ha sido Fernando Llorente. Pues bien, el de Rincón de Soto corre el riesgo de cerrar su último año de rojiblanco sin marcar en San Mamés, que es algo que se le resiste desde la pasada temporada. Desde luego que su despedida no será recordada como afortunada. Le queda la cita con el Mallorca y el duelo del adiós contra el Levante (además del partido homenaje a La Catedral) para que la rúbrica a una larga etapa como león vaya acompañada como sonrisa. Esta misma semana ha marcado en el amistoso de Portugalete, como no mucho tiempo atrás hizo en Liga en A Coruña. Pero algo ocurre con Llorente que, quizá sin proponérselo o quizá por un equivocado asesoramiento, este curso no ha dejado de dar motivos a los que le tienen grabado en el atizador para seguir acordándose del gigante rubio.

El ariete sigue siendo el rey de la oportunidad. Si no, es difícil de explicar que un día más tarde de participar en el amistoso a favor del Ibilaldia dedicase un puñado de horas libres para viajar a Madrid a ver a su amigo Rafa Nadal, que juega el Máster de Madrid. Y claro, además de verle, crear una sucesión de comentarios sobre su estado actual y su situación futura, camino de una Juventus que desde que anunció el fichaje del internacional rojiblanco no ha dejado de insistir en que quiere contratar más atacantes.

Tiene todo el derecho del mundo a ir dónde le de la gana, aunque consciente como es de que todo lo que ocurre a su alrededor le hace vivir en plan funambulista sin red, Llorente debería taparse de vez en cuando para ahorrarse mojaduras en mitad de una tormenta que no esperaba. Amorebieta, el otro Fernando, se irá de igual modo en junio y también dejando un tufillo de desaprobación en buena parte de la grada. Eso sí, el internacional por Venezuela ha decidido pasar a un segundo plano y no dar más que hablar.

 

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