CARTA A J.R. DE LA MORENA
David Miguélez
5 Diciembre 2012
Señor De la Morena:
Me dirijo a usted mediante la presente para pedirle encarecidamente que intente usted no mencionar a nuestro club de aquí en adelante.
Usted se considera un profesional de la noticia, yo lo veo como un carroñero del desprestigio. Me explico.
Hace ya algunos años se encargo usted de encabezar una persecución desmesurada contra Carlos Gurpegui por un positivo que después del linchamiento publico al que se vio sometido nuestro capitán quedo mas que aclarado por la AMA las causas posibles de dicho positivo.
Cada vez que usted, tan «prestigioso profesional», nombra a nuestro amado club, olvida hacer gala de ese profesionalismo con términos como Athletico o «el Bilbao». Bueno, no siempre, cuando las cosas nos vienen bien dadas y para no quedarse obsoleto en sus informaciones dora la píldora a nuestros jugadores para que acudan a sus llamadas nocturnas. Eso si, a poder ser con los internacionales de la «roja», que les jode mas…. Cuando no todo viene rodado el acoso y derribo que hace usted a nuestros colores es constante y barriobajero.
Que conste que no le culpo a usted del ambiente enrarecido que sufrimos esta temporada en nuestro club, solo le culpo del pésimo nivel periodístico que usted ofrece cuando la noticia no esta en el tejado de aquellos que besas sus pies, de aquellos que se rinden a sus palabrerías.
Por favor, olvide nuestra existencia, ya ha gozado lo suficiente difamando nuestra identidad, burlándose de nuestro sentimiento y metiendo en fregados a nuestros jugadores.
Preocúpese usted de mantener la audiencia de su noticiero a consta de los capitalinos, del endeudamiento de colchoneros o del nacionalismo portugués que se ha instaurado en la «casa blanca».
No necesitamos de su sabiduría periodística para entender las virtudes o defectos de nuestro club, que no somos perfectos lo sabemos, pero somos una familia que no necesita al «vecino envidioso» para arreglar sus problemas.
Los Gurpegui, Guerrero, Llorente, Javi Martínez o tantos otros nombres que ha utilizado o intentara utilizar usted en un futuro para su «cruzada soberanista» son nuestra familia, para bien o para mal son carne de nuestra carne. Quizás usted no entienda nunca estos términos por no saber mirar mas allá de su ombligo, por su egocentrismo y su falta de ética y respeto profesional.
Con el deseo ferviente de no escuchar nunca mas salir de su boca ni una sola palabra de nuestro club doy por finalizada esta misiva.
Tenga usted el mejor de los futuros profesionales, alejado de nosotros y los nuestros.
Gracias y hasta siempre.